1. Ajusta la altura de la pantalla
Cuando la pantalla está demasiado baja, tu cuello trabaja el doble y la regla es sencilla: la parte superior de la pantalla debe estar alineada con tus ojos. Si trabajas solo con laptop, eleva la base con libros, una caja o un soporte portátil. Luego, usa un teclado y un mouse externo para mantener tus brazos relajados y evitar tensiones adicionales.
2. Mantén los hombros relajados (y lejos de tus orejas)
Muchas contracturas aparecen porque subimos los hombros sin darnos cuenta. Cada cierto tiempo haz una pausa de 5 segundos y siente si los tienes elevados. Si es así, bájalos, relaja el pecho y respira profundo. Un pequeño ajuste de postura puede ahorrarte horas de dolor.
3. Haz pausas activas cada 45–60 minutos
Las contracturas se generan por mantenimiento prolongado de posturas, no por un mal movimiento en particular. Rompe ese ciclo parándote cada hora: estira brazos y espalda, gira el cuello suavemente, camina 1 minuto alrededor de tu área de trabajo. El cuerpo está hecho para moverse, no para quedarte congelado frente a una pantalla.
4. Coloca la laptop a la distancia correcta
Si está muy cerca, encorvas la espalda y si está muy lejos, tensas hombros y cuello. La distancia ideal es cuando tus brazos deben poder extenderse sin sentir esfuerzo para tocar el borde del teclado.
5. Cuida la posición de tus muñecas
Evita que se doblen hacia arriba mientras escribes. Mantén tus antebrazos paralelos al piso. Una mala posición en las muñecas puede irradiar tensión hacia los hombros, generando contracturas más grandes.
7. Agenda un masaje si el dolor ya apareció
Si las contracturas ya están instaladas, un masaje relajante o descontracturante ayuda a liberar los puntos de tensión, mejorar la circulación y recuperar movilidad. En Zentri trabajamos con técnicas manuales, aromaterapia y musicoterapia para aliviar zonas cargadas en cuello, hombros, espalda y zona lumbar. A veces, 20 a 45 minutos de masaje logran un alivio que no consigues con estiramientos solos.